Entrevista Yanett R. Letechipía

 

Fotografía/ Vídeo Dalia C. Martínez Ibarra

 

Octubre 2017

MIGUEL
MESA

Su trabajo se ha desarrollado en el multimedia, arte sonoro, instalaciones interactivas, realización de dispositivos para la danza, el teatro y más. Mesa trabaja con una perspectiva de arriesgarse, salirse de su zona de confort para cruzar los limites de su propia imaginación. Artista sonoro especializado en Composición de Música Electrónica y Electroacústica con bases en Ingeniería en Sistemas Computacionales.

Con más de 10 años de carrera artística, su trabajo se ha posicionado en “Sweet and Tender for the End of the World del Mundo” en Berna, Suiza; en el Bienal Internacional de Arte SIART. La Paz, Bolivia; el Ballet Oficial de Bolivia. La Paz, Bolivia; así como el Festival Nacional de Teatro, México.

¿Cuándo descubres tu interés por el arte y la tecnología?

 

Por las dos me interesé desde muy chico sobretodo por la música, me mueve el sonido. Desde que recuerdo la música es muy importante, ni siquiera la entendía y no sabía qué me pasaba, también lo poético y visual me fascinaba. Siempre estaba haciendo algo con las manos, jugaba con este punto de conexión, desde hacer sonido, rayar o cortar papel.

 

¿Cómo te fuiste desarrollando hasta lo que haces ahora?

Esa pregunta es un poco peculiar, quería ser artista, primero quería ser compositor y de hobbie hacer cosas visuales, pero era adolescente y era inseguro. Socialmente, no hay una cultura de pensar que se puede. La gente dice que necesitas ser un genio para tener éxito, te vas a morir de hambre si quieres ser artista, y se nos olvida que esto es una profesión. Hasta hace poco en mi familia creyeron que se podía.

 

Así que más joven decidí estudiar sistemas porque había mucho trabajo. De niño me tocó ver una serie de unos niños genios que hackeaban todo. Aunque si lo ves ahora era una falacia, ya que unos niños como de 8 años hackeaban con unas commodore; ahí me sorprendí con las computadoras y todo lo que puedes hacer con ellas. Me dije, estudio sistemas y cuando salga va a haber trabajo y a la par estudio arte. Así lo hice en toda la carrera y se me ocurría hacer cosas; me enseñaban algo muy teórico y lo aplicaba en cosas audiovisuales, era inconsciente, lo hacía por gusto.

 

En una ocasión, en una fiesta conocí a un escultor de edad mayor, que me dijo que era ingeniero agrónomo y escultor. Me platicó que era feliz y que no le había estorbado la carrera porque había estudiado tipos y temperaturas de tierras, eso lo usaba en su horno. Además, decía que tenía el mejor horno de Guadalajara y le servía para cerámica, barro, bronce y todo.

 

Y ahí dije: si estudié esto y me gusta, entonces tengo un avance; ya de ahí me fui de lleno. Me metí con cuestiones de procesamiento en tiempo real usando tecnología. Saliendo de la carrera estaba diseñando cosas de realidad virtual, pero baratas, no había sensores, usaba partes del mouse con cuerditas que inventaba porque yo quería hacer la aplicación de la tecnología pero abaratarla. En ese tiempo era imposible conseguir el equipo, así que me clave en procesamiento de sonido de imagen y más. Mucho rato estuve ahí, era una apuesta interesante usar información que se convirtiera en sonido, imagen, foto en video o al revés, todo lo que podía comunicarse. También la información de fuera, por ejemplo ¿cómo crece una planta? Y esa acción, convertirla en sonido. Pero al estar justo en ese espacio me di cuenta de que había un problema, con toda esa información puedes hacer lo que sea ¿y luego qué? ¿Qué es lo que puedes decir que justifique una pieza?  Ya puedes procesar todo.

 

¿Qué hay detrás? Hay piezas interactivas vacías o montones de piezas que vienen del mundo de la ciencia, una caja de Tesla o cuestiones de cymathics que la montas en una expo y ya es una pieza. Se me hace muy problemático y con esa preocupación me alejé de especializarme tanto en esos procesamientos y empecé a enfocarme en la idea ¿qué esta detrás de?, ¿para qué? Puedes agarrar sonidos del espacio, sonidos de bacterias o movimientos y ya, no es más que un mapeo de un lugar a otro y no hay nada. Entonces empecé estudiar mucho en Morelia, en el CMMAS hice una Especialización de Composición de Música Electrónica y Electroacústica. Además, hacían unos festivales y traían a unos genios del mundo de la composición, esto era increíble, curiosamente con todo lo que sabía de las computadoras encontré como buscarle y sacarle; bajo la premisa de que no fuera algo espectacular, que no fuera traducción de ciencia.
Por mi cuenta estudiaba, veía mucho, leía bastante y escuchaba muchos tipos de música. Revisaba aplicaciones de software, instalaciones multimedia, aprendía a usar las herramientas y leía sobre filosofía del arte. Mucho trabajo personal y oportunidades buenas que he tenido de trabajar o tomar talleres con personas importantes. Así en este camino fue que me desarrollé.

 

Pero al estar justo en ese espacio me di cuenta que había un problema que con toda esa información puedes hacer lo que sea. ¿Y luego qué? ¿Qué es lo que puedes decir que justifique una pieza? Ya puedes procesar todo. ¿Qué hay detrás? MIGUEL MESA

¿Cómo es la tecnología una parte integral de tu trabajo artístico?

 

Demasiada, pero si en algo me interesé hace muchos años es que no fuera la justificación. La tecnología finalmente es una herramienta y pareciera que la tecnología se inventó el siglo pasado; pero la tecnología es una cuchara, en su momento fue una innovación tecnológica y luego una cuestión técnica. Y es muy preocupante, por ejemplo, decir que voy a hacer una pieza con sensores, que usa kinect y tantas cosas; y esa es la razón de la pieza. Es como decir voy a hacer una pieza con un marco de madera, una tela y unos pigmentos; esa es mi pieza y que todo mundo se sorpreda. Básicamente, es pintar al óleo, una pieza que está el mundo plagado de ellas; como decir “una búsqueda del óleo”. Ese es tu material de trabajo. Es importante saber cuál es el material con el que vas a trabajar, qué implican los soportes, los datos del material de trabajo; en un cuadro es tu paleta de colores, pinceles, bastidores etc. Acá en la tecnología es la información de tal cosa o sonidos, pero eso no es la pieza, es el material de trabajo. Hasta que construyes con ello y las decisiones que tomas es lo importante. El arte se da cuando un artista decide, acomoda el material con el que está trabajando, las decisiones que toma y lo que hace diferente a las decisiones que tomaría otra persona, es lo que distingue su trabajo y no el material que usó.

 

Un ejemplo es Gabriel Orozco, que usa basura. Lo que hizo fue poner latas de comida para gato en sandías. Y su proyecto no es de usar latas y sandias, sino lo que decide y construye con el material. Hay decisiones malísimas y otras increíbles. Yo creo que la genialidad está en los detalles, un genio se distingue por los detalles, no por lo que más acumule. Los artistas sobresalientes han tomado decisiones muy precisas, puntuales, que han transformado y ahí está la esencia del artista.

 

¿Qué herramientas usas en tus procesos creativos y cuáles son tus preferidas?

 

De entrada trabajo mucho con sonido, me fascina en toda la extensión de la palabra, como materia. Incluso que en el resultado no exista el sonido, pero que esté involucrado. Las tecnologías que me gustan son como olas, hay rachas en las que yo quería high tech, inteligencia artificial e interactividad. Después ya no busqué la interacción, sino un enfoque solo a nivel personas, ya no con máquinas, sino cuestiones participativas. Y este ha sido mi búsqueda desde hace 10 años. Decidí que la interacción debe ser con gente e ideas.

 

Últimamente, lo que más me interesa son cosas de metafísica, de todo lo que no entendemos. ¿Qué pasa ahí? El misterio. No me importa si la pieza es un pedazo de madera, no estoy peleado si se necesita tecnología o no.

 

Desde el punto de vista de soportes, he trabajado con muchos y la verdad no me siento casado con ninguno. Hay artistas que se especializan en una sola técnica y les va muy bien, pero es tanta mi curiosidad y soy tan inquieto que no es bueno quedarme en un solo lugar.

 

En general, ¿cuál es tu pieza favorita de tu trabajo? ¿Me la puedes explicar?

 

Bueno estoy enamorado de un proyecto que sigue en pie, es muy fuerte y tiene que ver con «metafísica». Lo he estado trabajando varios años. La idea es del 2009, pero yo era inocente para esas cuestiones. La pieza va de ¿cómo nosotros nos aproximamos o leemos el misterio? Específicamente, el conjunto de ideas relacionadas con lo que nos puede llevar al bien o mal, blanco o negro desde un punto de vista metafísico. Ahí caben las supersticiones, tradiciones, religiones, pero incluso costumbres personales. Lo que uno cree que le trae buena o mala suerte, las cosas que uno hace (que incluso son inconscientes) cuando queremos que algo nos funcione bien o mal. ¿Cómo lo pasamos a alguien más? Esto aterrizado en objetos, acciones, prácticas o el uso de la palabra. Por ejemplo, el tema de maldecir o bendecir, los buenos deseos o los malos; cómo llevamos la palabra de uno al otro polo, que no son polos finalmente.

 

El proyecto tiene que ver con reunir una especie de archivo de información para hacer un estudio de eso y exponerlo. La idea inicial es una instalación donde está todo mezclado para bien o para mal. En muchos niveles: individual, colectivo o cultural. A nivel individual, es un calcetín de la suerte, pero bajo la historia o el poder que adquiere el que lo usa. ¿Qué significa para él? Las creencias familiares, qué cosas les traen buena suerte, acciones, objetos o lugares que se consideran importantes energéticamente. También las personas, gente de conocimiento, sabios que por sí mismos traen buena suerte.

 

Al principio, yo no sabia cómo abordarlo, no sabía nada al respecto de mí, cómo integrarme o cómo protegerme para entrar ahí. En ese tiempo, de hecho no me dejaron empezar, era muy inocente. Apliqué para empezar a realizarlo en México y en la India; la idea era juntar la instalación y que viajara. Empezar en México, llevarla a la India, engrosarla, regresar a México, engrosarla, y continuar el ciclo. Empecé aplicando para una beca y no fluyó, muy curioso. Desde entonces siempre estuve atento; leía y observaba. Fue en el 2014, que surgió una posibilidad e interés de que llevara este proyecto a una residencia fuera de México. Y en el 2015 se resolvió.

 

Empecé a trabajarlo en los Balcanes, regresé y tuve el apoyo de una residencia en Casa Vecina, Ciudad de México, donde lo expuse. Fui a Los Balcanes porque hay muchísima información. El año pasado, lo puse en pausa porque quiero replantearlo, descubrí una vetas en que trabajar. Y este año, estoy trabajando con calma porque hay muchas decisiones que quiero tomar y ciertos enfoques que quiero cambiar. Yo creo que lo voy a hacer hasta que decida detenerse. Nunca voy a dejar de incorporar material y quisiera que se moviera de un lugar a otro.

 

La pieza ha estado guardada pero estuve atento. Descubrí que de repente tenemos la intuición adormilada y en estos temas la requieres al máximo. Así como en todo lo demás se ha reflejado porque tengo la intención de mantener la intuición abierta. De hecho, el ideal es que esté guardada, no para nosotros, así es como funcionan las cosas en estos sistemas.

¿Qué tan importante es tener una comunidad de colaboradores y artistas?

 

Super importante, penosamente hubo un tiempo que estaba complicado. Ahorita, estoy teniendo contacto con artistas más jóvenes porque hay una apertura padrísima y se genera bastante como comunidad.

 

Hace muchos años tenía inquietudes y planteaba juntarnos una vez a la semana para hacer sonido, como lo hacían artistas del siglo pasado. Ellos se juntaban y compartían lo que habían pensado o realizado esa semana. A mí me interesaba que nos juntáramos y tocábamos noise o lo que estuviéramos indagando. Que llegara quien fuera, platicáramos lo que estábamos haciendo y hacer comunidad. Lo intenté, lo intenté y no se pudo; los egos.

 

Ahora con la tecnología, están bastante conectados y eso ayuda a que estén trabajando. Con la interdisciplinariedad o multidisciplinariedad, todo el mundo quiere trabajar con gente que hace cosas diferentes.

¿Quiénes son tus artistas favoritos en México?

Es bastante amplio, en cuestiones de tecnología. De Iván Puig me gustan mucho sus piezas. Rogelio Sosa, en sonido. En plástica me encanta Gabriel Orozco, no se lo digan a nadie, sigue haciendo cosas padrísimas, pero su momento de romper ya pasó. Me gusta Cruz Villegas y de Daniel Guzmán me fascinan sus dibujos.

 

No es fácil decir un artista, más ahora que está abierto y globalizado, es más fácil hablar de piezas y proyectos de artistas que te encanten más que hablar de uno. Eso pasa con los artistas en general, te gustan unas piezas y otras no; como Picasso por ejemplo.

 

Ahora con la tecnología, están bastante conectados y eso ayuda a que estén trabajando. Con la interdisciplinariedad o multidisciplinariedad, todo el mundo quiere trabajar con gente que hace cosas diferentes. MIGUEL MESA

¿Dedicas una parte de tu tiempo a la enseñanza? ¿qué tan importante es para ti?

 

Me gusta muchísimo, la enseñanza requiere mucho tiempo y últimamente he estado alejado, pero sí realizo talleres una vez al año para gente que esté relacionada con tecnología.

 

Tengo una inquietud con niños en la generación de conocimiento, con ellos y desde ellos. Sobre todo conocimiento económico y sociológico; nosotros ya estamos maleados y tenemos un vicio muy fuerte. Los niños que están vírgenes pueden ayudarnos a resolver situaciones económicas y ecológicas. La enseñanza como espacio de no enseñar, sino de generar conocimientos, es lo que más me interesa. Más que pasar el conocimiento al grupo, estrategias de generación de conocimiento grupal.

 

¿Cuál sería un consejo para los artistas emergentes?

 

¡Machacar, machacar y machacar! Ver y leer mucho. Buscar la manera para abrir la cabeza para ser un espectador lo más limpio posible. Es como una especie de limpieza estética para poder ser objetivos y no cerrarnos en nuestros gustos e intereses. Entre más cosas veas, más puedes absorber.

 

Tener muy claro cuál es tu material con el que trabajas, la idea y lo que quieres hacer con ese material. No mezclar, por la tendencia de que todo gira alrededor del material, que la idea es lo de menos o ahí se va resolviendo, que es lo que se le ocurra al espectador.


Viene una cosa muy complicada y no estamos preparados. Estamos en la luna, preocupados por cuestiones estéticas y hay problemas mucho más serios. La ficción me parece inútil porque afuera ya está superada. Lo que está pasando afuera es muy fuerte en todos los sentidos ecológicos, sociales o políticos; supera cualquier ficción que se nos pueda ocurrir y eso que no sabemos nada, imagina si supiéramos. No hay algo que se pueda inventar, algo peor que esto; ya está superada. La ficción es una herramienta para generar un espacio diferente, pero tenemos que ser más contundentes. Menos ficción, romper la imaginación pero no para inventar, sino para entender lo que está pasando. Porque afuera están pasando un montón de cosas y nuestra imaginación ya se quedó cerrada; ya no vemos lo que está pasando, a menos que nos lo explicaran. Hay que indagar o explorar cómo romper nuestra propia imaginación. Creemos que nos lo imaginamos, pero estamos muy educados para todo y nuestra explicación se queda cortísima con todo. La imaginación está en una cajita.

 

Hay un científico que se llama James Lovelock. Él dice que la batalla en términos de ecología ya la perdimos, pero ¿cuál es la estrategia más sabia cuando ya perdiste una batalla? ¿Qué es lo más sabio que puedes hacer? La retirada. Bajar nuestros consumos porque lo único que queda es aminorar el impacto. Extender la caída lo más posible, porque si no nos aplicamos es extinción. Y justo tiene que ver con la imaginación.

 

Además sugeriría romperte a ti mismo, hacer de esos ejercicios porque ahí descubres un montón de cosas. Yo me enfoqué en romperme y me excedí. Al romperte tanta duda de todo lo que crees y lo que eres, tienes que reconstruirte. Por ejemplo: estar sin refrigerador. ¿Cómo le haces sin un refrigerador? Consumir al día, tienes que saber: ¿qué comprar?, ¿cuándo comprar?, ¿cuánto te va a durar? Y son decisiones al día. Mi refrigerador estuvo desconectado por dos años; me metí en camisa de 11 varas, no tenía tiempo, no te da la vida para ser comprometido ecológicamente porque estás tan preocupado por mantener otras cosas, ¿de dónde estás generando para proveer?, y lo ecológico te toma muchas horas. Cada casa tiene un refrigerador. ¿Qué pasaría si tuviéramos refrigeradores comunitarios? Surgen un montón de ideas, pero si yo no hago eso, no hubiera roto con la imaginación. Me tuve que romper y así pude ver. En una cuadra hay un montón de cosas que compartes en consumo. Una ciudad debe ser comunitaria.

 

“Synthetic Spaces”, Sin Pretextos I

Impresión digital, marcadores de color metálico
México 2015

 

Arte, ciencia o tecnología… ¿Cuál es la rama en la que deseas especializarte?

 

Me quiero enfocar en la tecnología aplicada a la ecología, buscar su potencia. En los proyectos que he estado trabajando los logré exponer y me preguntaban ¿esto es arte? Sí, hay cosas en las que se tomaron decisiones y se plasman en las instalaciones, pero hay otra parte que ya no me interesa. No importa si le pones una cédula o no, ya no importa categorizar si es arte o no, artista o no artista. Es más urgente que trabajemos en la imaginación, en el conocimiento y cómo se aplica.

 

¿Qué te gustaría crear pero aún no has realizado por las limitantes de la tecnología?

 

Hay piezas que se me atoraron mucho. Que no he podido hacer, guardadas 10 años, que con la tecnología existente no he encontrado la manera de como realizarlas bien. Estas tienen que ver justo con el autoconocimiento; hay una pieza que me ha interesado muchísimo: verte desde tercera persona, verte a ti mismo desde afuera. Es un truco peligroso, es una pieza que me encanta, pero puede ser muy potente.

 

La intención de esa pieza, que tiene 10 años, es adentrarte en un cuarto y verte a ti mismo desde un ángulo que no puedes verte. Es decir, ahí me estoy viendo de espaldas, desde abajo o al revés; así te podrías extrañar a ti mismo, separarte y verte como un extraño. Podrías extenderte, cómo eres tú, cómo te mueves y verte cómo eres. Tiene un montón de aplicaciones interesantes que podrían resolver problemas de cómo nos relacionamos con nuestro propio cuerpo. Curiosamente, somos más tolerantes con el cuerpo del otro con el de nosotros mismos. Por ejemplo, alguien dice yo tengo sobrepeso, pero ve a su amiga que tiene el mismo peso y no le afecta lo mínimo. Y no la juzgas, pero a ti si te juzgas durísimo. La ves y la ves, no te afecta, es una costumbre. Al igual que tu mano, sería rarísimo que dijeras odio mi mano es horrible, pero la conoces, la usas y demás. Sabes que no es perfecta, pero la quieres, la conoces. Pero tu cuerpo nunca lo ves desde afuera, te cuesta tomarle aprecio o respeto. Y al otro que vez ahí, no lo juzgas, como te juzgas a ti mismo porque estás acostumbrado a verlo.

 

Otra, nuestras conexiones neuronales, nuestra percepción se genera de una especie de triangulación entre lo que vemos, lo que escuchamos y lo que tocamos; así entendemos el espacio. Yo sé que si estiro la mano, voy a coger la tasa; porque desde niño estoy entrenando la estereoscopia de mis ojos, la profundidad con la distancia y con la mano. Se podrían crear nuevas y extrañas conexiones neuronales si aprendemos a movernos vistos desde afuera, sería como una cuarta dimensión de entendernos en el espacio.

 

Imagínate un bailarín, que está en esta caja y hace sus movimientos generando nuevas conexiones neuronales de su cuerpo y espacio desde una visión super diferente. Podría entender sus movimientos y conexiones internas. Tiene muchas ventajas extrañas. Sería una potencia del ser humano porque te podría llevar a un espacio de consciencia mayor, pero ¿cómo haces esta caja? ¿Es super difícil?

 

Tengo algunas hipótesis. Me dicen que es imposible. Con espejos se crean reflejos infinitos, eso es mucha información que no sirve de nada. Pero cómo haces para que tú te veas, que seas otro. Con cámaras también se mezclan y vuelve a ser infinito.

 

Hay varias maneras de truquearlo, se me ocurrió una, mera hipótesis, luego otra, pero es cara y no tan perfecta porque usas unos googles 3D y ya no es lo mismo.

 

Me han botado el proyecto 3 veces así que busqué una manera mecánica. Con unos lentes que tienen un periscopio con espejos y en un espacio con espejos «abiertos». Te pones como un casco y te ves. Lo malo es tener algo en la cabeza, aunque como primera aproximación puedes descubrir su potencial y ver si lo realizas con tecnología más compleja.

 

Finalmente ¿Qué haces cuando no estás haciendo arte?

 

Algo que me fascina son las montañas, yo quisiera viajar en bici por las montañas. Mi ideal es viajar una vez al año en bicicleta y conocer un país. Un mes al año y si es entre montañas mejor.

autor
Estratega en marketing digital y comunicación. Creadora y colaboradora de plataformas digitales, especialista en marketing de contenidos para medios impresos y digitales. Productora de eventos comerciales, publicitarios, culturales y medios audiovisuales. Enfocada a la cultura digital y las industrias creativas.